En la audiencia general, Francisco estableció una distinción entre el amor cristiano y todos los demás tipos de amor que se experimentan en la vida: el que nace del Evangelio «bendice a los que maldicen», tan «audaz que parece casi imposible»

«Quedan, pues, estas tres cosas: la fe, la esperanza y la caridad. Pero la mayor de todas es la caridad»: escribe San Pablo en la Primera Carta a los Corintios. La caridad, tercera virtud teologal, es el tema de la catequesis del Papa Francisco hoy en la audiencia general en la Plaza de San Pedro.

“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (1 Cor 13,4-7)”

Cada 15 de mayo se celebra el día Internacional de la familia, ocasión que el Papa Francisco no desaprovecha para resaltar los valores más importantes que contribuyen al bienestar de las familias.

En sus recientes discursos ha hecho mención a la baja tasa de natalidad, la cual considera que se debería conciliar el tema apartando ideologías y posturas que solo generan incertidumbre, desilusión y miedo para los jóvenes de hoy y las nuevas generaciones.

Mensajes como “para preservar la armonía en la familia hay que luchar contra la dictadura del yo” han sido fundamentales en la  solución de conflictos a las que se enfrentan los hogares.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), por su parte, ha creado este día para concientizar sobre el papel tan importante que tiene la familia en la sociedad, especialmente en la educación de los hijos desde su temprana edad.